Ser una empresa saludable no va de poner unos posters motivacionales y una máquina de café. Sino de crear una cultura organizacional atenta a las necesidades individuales y colectivas del personal y que permita crecer en eficiencia y tener una buena valoración en el mercado. Sigue para descubrir una visión corporativa más saludable.
¿Qué entendemos por empresa saludable?
Hace muchos años que la OMS cambió el concepto de salud como “la ausencia de enfermedad”, por una valoración más positiva. Ser saludable va más allá de encontrarse bien y no tener problemas. Es un estilo de vida enfocado a la salud y el bienestar. La misma OMS publicó en 2010 el documento “Entornos laborales saludables: fundamentos y modelo de la OMS”, base de los actuales cambios en el ámbito corporativo.
Ejemplos de empresas saludables
Las empresas más citadas en España por invertir en Wellness corporativo, lo son por sus programas específicos, que engloban temas de salud, de ejercicio físico y de buenos hábitos. También se ofrecen recompensas a la motivación, servicios para facilitar la vida, espacios flexibles en la oficina… Un tercer grupo común de medidas es el que atiende a la flexibilidad laboral y el teletrabajo.
Algunas empresas, como por ejemplo Heineken, han creado programas para promover el bienestar de su plantilla, con medidas de prevención ante enfermedades comunes, consultorio médico y fisio propio, atención psicológica 24 horas, y un programa de cuidado físico, emocional, profesional y social. Otras, como HEI-life, imparten formación a los líderes para crear entornos sin estrés
Claves para ser una empresa saludable
Los ejemplos citados son una muestra de que cuando hablamos de bienestar organizacional, existen diferentes aspectos a tener en cuenta y también diferentes puntos de vista.
El enfoque que queremos presentar en este post es un enfoque diferencial, porque es integral e incluye los tres ámbitos del bienestar: la salud física, la salud emocional y las relaciones interpersonales.
Para ser una empresa saludable es necesario crear una estrategia a largo plazo que además de implementar y medir la eficacia de las iniciativas promotoras del bienestar físico y emocional. se asegure, mediante mecanismos oportunos de detección y corrección, de que no hay casos de bullying o acoso sexual, racismo, techo de cristal o limitación de oportunidades. También debe incluir programas formativos que capaciten y equipen a las personas a autogestionar los tres ámbitos de la salud: la física, la emocional y lo que tiene que ver con las relaciones interpersonales, lo que incluye el arte de tener conversaciones difíciles.
Según la OMS, las medidas para ser una empresa saludable deben incidir en los siguientes aspectos:
- Un estilo de liderazgo positivo. Líderes que inspiren y guíen, que sepan escuchar, incentivar y premiar, que compartan los éxitos con el equipo.
- Un entorno seguro, agradable y comprometido. Mejorar la experiencia del empleado con un espacio cómodo y relajado, a la vez que estimulante, es ya una realidad en muchas empresas. Pero ser una empresa saludable va más allá, implica disminuir el impacto negativo en el entorno.
- Prevención y control de los principales problemas de salud. El estrés es el gran enemigo del buen hacer. Es importante conocer cómo nos afecta la carga de trabajo, a qué retos nos enfrentamos y cuáles son nuestras preocupaciones y promover iniciativas que promuevan un mayor equilibrio. Por ejemplo, son muy útiles los programas para mejorar la autoconsciencia, para la gestión del tiempo…
- Seguridad y cuidado emocional. Para ser un buen o buena profesional, líder, o compañero/a de equipo, primero hay que cuidarse a uno mismo. Una empresa saludable debe poder ofrecer asistencia psicológica, formación y crecimiento personal, dinámicas grupales… Además de lugares de encuentro entre trabajadores.
- Libertad y gestión de la sobrecarga de trabajo. Favorecer la participación de las personas con sus ideas en los procesos de trabajo ayuda a adaptar tareas y roles a la eficiencia: son quienes realizan un trabajo, los que lo conocen mejor. Ha de favorecerse el diálogo y la curiosidad. Y considerar en equipo la mejora de la eficiencia….
Beneficios de ser una empresa saludable
El principal beneficio, por supuesto, son los resultados:
- Ser una empresa saludable, conecta con los valores apreciados en el mercado y mejora la imagen de la compañía
- Ser una empresa saludable, mejora los ingresos: El periódico de Recursos Humanos rrhhdigital.com publicó que la transformación hacia una empresa saludable, puede incrementar los ingresos en cerca de un 20%.
- Ser una empresa saludable, tiene un impacto positivo en las personas y el entorno: El wellness corporativo es una de las principales medidas para evitar el problema de la fuga de talento. Los jóvenes trabajadores altamente digitales valoran más las medidas que este ofrece, que los clásicos incrementos salariales. Las numerosas experiencias demuestran que una plantilla cuidada y motivada, es una ventaja competitiva.
Invertir en salud empresarial es hacerlo en atraer talento, disminuir las bajas laborales, mejorar el rendimiento de los empleados -hacer que las personas disfruten trabajando-. Y por tanto, aumentar la productividad.
El grupo Celo, es un ejemplo de que este enfoque integral del bienestar organizacional funciona y tiene un impacto positivo en las personas y los resultados.
El programa “Bienestar en Acción” les ha proporcionado herramientas y pautas que les han capacitado para la autogestión de la salud física y emocional. Conocerse mejor les está ayudando a gestionar y prevenir posibles situaciones de riesgo para su bienestar.
Además de mejorar un aspecto clave de las relaciones humanas y por supuesto también en el ámbito laboral: la comunicación. Y es que como apunta Sonia Ridao, Corporate Human Resources Manager del grupo Celo: “Cuando uno se siente mejor, se relaciona mejor y puede contribuir al equipo.”
La transformación hacia una empresa saludable es alcanzable y garantiza resultados. Y lo mejor de todo, hace posible tener experiencias laborables felices.