En la Antigua Grecia, el uso de la palabra era esencial en la vida política y legal. Los ciudadanos griegos debían ser capaces de argumentar de manera convincente en los tribunales y en la asamblea popular. El arte de la retórica se enseñaba desde temprana edad a través de la educación, y los ciudadanos que dominaban esta habilidad eran considerados líderes y figuras de autoridad.
Para el s.XIX, ya se hablaba del «Cuarto poder», refiriéndose a los medios de comunicación. Evidenciando el enorme impacto de las palabras:de lo que decimos, cómo lo decimos y cuándo lo decimos.
En este post, hablaremos del poder de la palabra y su vital importancia en la gestión de equipos para un liderazgo efectivo, además compartiremos algunas ideas sobre cómo entrenar esta habilidad y los recursos que podemos utilizar.
Las palabras no sólo transmiten ideas
La comunicación efectiva es el cimiento sobre el cual se construye un equipo sólido. Las palabras tienen el poder de inspirar, motivar y dirigir. Las personas que en su rol de líderes saben utilizar el lenguaje de manera positiva, además de transmitir sus ideas, pueden infundir confianza, aumentar la moral y motivar a su equipo a alcanzar metas ambiciosas.
Nelson Mandela es un ejemplo inspirador de cómo las palabras de un líder pueden movilizar a un país e influir en el mundo. Su capacidad para articular una visión de esperanza y reconciliación fue crucial para la transformación de Sudáfrica. Sus discursos no eran meras palabras; eran llamados a la acción que junto con un mensaje de esperanza, impulsaron cambios para superar una época terrible marcada por la ley del apartheid.
Comunicación clara y transparente
Para un liderazgo efectivo, la claridad y la transparencia son esenciales. Los equipos necesitan entender claramente las metas, expectativas y en qué dirección deben dirigir sus esfuerzos, su trabajo. Por otro lado, la ambigüedad genera confusión, malentendidos y, en última instancia, desconfianza.
Por eso, es recomendable:
– Mantener reuniones periódicas, abiertas y en las que se fomente la participación de todos los miembros del equipo, para analizar el progreso, abordar preocupaciones y recalibrar estrategias.
– Dar feedback constructivo: Cuando el feedback es claro, específico y constructivo (positivo), ayuda a los miembros del equipo a comprender sus fortalezas y áreas de mejora, y promueve el crecimiento y la confianza.
La Escucha Activa
La comunicación no es unidireccional. No sólo hay que saber hablar, también hay que saber escuchar. La escucha activa implica hacer preguntas, repetir con nuestras palabras lo que hemos entendido, y aprovechar la oportunidad para entender las preocupaciones, ideas y sugerencias de los miembros del equipo.
Si eres de los que creen que no hay tiempo para escuchar, recuerda los beneficios de hacerlo:
– Fomenta la Innovación: Al escuchar activamente, puedes descubrir nuevas ideas y enfoques beneficiosos para el equipo.
– Resuelve Conflictos: La escucha activa ayuda a identificar y resolver conflictos antes de que se conviertan en problemas mayores.
– Construye Confianza: Demuestras respeto y valor hacia los miembros del equipo, y fortaleces la confianza mutua.
Las Palabras construyen cultura
Las palabras no solo afectan las interacciones diarias, sino que también ayudan a moldear la cultura organizacional. Un/una líder debe ser consciente del lenguaje que utiliza y cómo este refleja y refuerza los valores y la misión de la organización.
Recuerda estas tres premisas:
– Utiliza un lenguaje que incluya a todos los miembros del equipo, sin importar su rol o nivel, promoverás el sentido de pertenencia.
– Reconoce y celebra los logros, por pequeños que sean; aumentarás la motivación del equipo.
– Comparte historias de éxito y resiliencia para inspirar a los miembros del equipo a superar desafíos y perseguir la excelencia.
Cómo Entrenar la Habilidad de la Comunicación Efectiva
Desarrollar la habilidad de la comunicación efectiva es un proceso continuo. Existen diversas estrategias y recursos que pueden ayudar a las personas en puestos de liderazgo a mejorar “su palabra”. Éstas son algunas que utilizamos en Cataliza y que nos han dado buenos resultados:
- Practica la escucha activa: Dedica tiempo a escuchar realmente a los miembros del equipo sin interrumpir. Haz preguntas que te ayuden a clarificar y muestra empatía.
- Participa en talleres de comunicación y liderazgo. La formación específica te proporcionará técnicas prácticas y feedback inmediato.
- Trabaja con un/una coach experta o un/a mentor/a para obtener guía personalizada y ayudarte a acelerar el desarrollo de tus habilidades.
- Participa en foros y grupos de discusión sobre liderazgo te permitirá practicar y mejorar tus habilidades de comunicación pública.
- Lee libros sobre liderazgo y comunicación para descubrir nuevas ideas, tendencias y estrategias.
- Prueba a hacer ejercicios de role-playing con colegas o mentores para practicar situaciones de comunicación que para ti sean difíciles o complejas.
- Pide a alguien de confianza que te de feedback sobre tus habilidades de comunicación y proponte metas concretas que te ayuden a mejorar los aspectos que te hayan señalado.
El poder de la palabra en la gestión de equipos no puede subestimarse. Las/los líderes efectivos son aquellos que utilizan la comunicación para inspirar, clarificar, escuchar y construir. En momentos como los actuales, en el que las dinámicas de trabajo están en constante cambio, la habilidad de un/una líder para comunicarse de manera efectiva puede ser el factor determinante para el éxito de su equipo.
Como líderes, debemos recordar siempre que nuestras palabras tienen el poder de transformar, guiar y, sobre todo, unir. Con entrenamiento continuo y los recursos adecuados, podemos mejorar nuestras habilidades comunicativas y llevar a nuestros equipos al siguiente nivel.
Lecturas recomendadas:
– “Crucial Conversations: Tools for Talking When Stakes Are High«, de Kerry Patterson, Joseph Grenny, Ron McMillan y Al Switzler.
– «Leaders Eat Last: Why Some Teams Pull Together and Others Don’t» de Simon Sinek.
– «Cómo ganar amigos e influir sobre las personas», de Dale Carnegie
– «El arte de comunicar», de Thich Nhat Hanh.